lunes, 28 de septiembre de 2009

El arbitraje argentino en off side


El nivel del referato nacional atraviesa un momento de recambio y crisis que pone en evidencia la falta de criterio y objetividad, exponiendo todas sus carencias formativas en un campo de juego.

Es una realidad que el nivel futbolístico de los equipos grandes haya disminuido a tal punto que los resultados que hoy en día consiguen son muy negativos. Esto está totalmente reflejado en la tabla de posiciones por su escasa cosecha de puntos, y también por el temor de todo equipo caer en zona de promoción. Pero para hablar más ampliamente sobre todos los equipos, esta realidad se asemeja en la mayoría de los conjuntos, salvo muy pocos ejemplos. Igualmente, hay algo que preocupa más y va de la mano junto a toda esta actualidad que se atraviesa en el fútbol argentino, y es el arbitraje.

Si uno hace memoria, el último arbitro que hubo en la argentina y se lo consideró uno de los más regulares en sus actuaciones fue Horacio Elizondo, quien se retiró del oficio en el 2006, año en el que dirigió también el mundial de Alemania 2006. Luego de dicho personaje, ningún otro referee dio que hablar o no estuvo en la lista de cuestionados, como lo son casi todos hoy. Capaz que Héctor Baldassi es uno de los que se salvaría, porque siempre mantuvo una línea nivel en su trabajo, pero nunca llegó a destacarse tanto. Y aunque parezca extraño pensarlo años atrás, en estos tiempos, por las malas actuaciones de los árbitros, varios equipos se excusan (a veces con razón, otras no) de estar donde están en la tabla de posiciones.

Un árbitro para dirigir en cualquier división tiene que estar capacitado y aprobado por la escuela de árbitro para poder trabajar. Aunque llegue a primera división, no significa que no va a cometer errores, porque como dice la frase: “errar es humano”. Siempre va a haber alguna que otra jugada que genere polémica y repercuta en todos los medios, pero hoy esto se distorsionó demasiado. No retrazando mucho en los años, por lo general, habían una o dos acciones dudosas de los árbitros por fecha (más allá de que siempre habían varias en cada partido, pero no repercutían tanto) que llevaban unos días nomás de debate. Actualmente, en todos los partidos al menos hay una jugada que genera un tema de que hablar, y no solo en primera división, sino que en todos los partidos de todos los torneos del país. Y también es por esto, que cuando la AFA designa a algún referee que vuelva a dirigir a un equipo en donde dejó su huella de mala actuación, se generé aun más la polémica, el debate, y hasta (capaz) la sensación del propio club del rechazo que le tiene el juez del partido a la entidad.

Algo que está ocurriendo ahora es que el árbitro está teniendo mayor participación en los medios, ya sea apareciendo en los programas deportivos o en los medios gráficos. Es más, hasta referís retirados tienen participación en televisión o diarios. Pero pareciera que esto fuera directamente proporcional: mientras más aparecen en los medios, más polémicas hay. ¿Será porque quieren aparecer en la farándula del espectáculo futbolístico o porque saben que cada vez más son vistos y quieren demostrar más personalidad que profesionalismo y esto les juega en contra? Es una pregunta tan amplia que solo ellos saben responder, pero, lo que nadie sabrá y entenderá es el motivo del paupérrimo nivel.

En declaraciones del árbitro Javier Collado, se remarcó que dijo “hay corrupciones y equipos que van para atrás”, demostrando que son también varios los factores que resaltan el condicionamiento en las actuaciones de los jueces del partido y que no solo ellos juegan a favor de alguien, sino que hasta los equipos rivales juegan misteriosamente.

También hay casos en que no solo los árbitros centrales son los “culpables”, sino que sus asistentes tienen bastante que ver. Ya es casi lógico (o por lo menos lo era) que los árbitros sean aunque sea un poco menos rigurosos o más permisivos con los equipos locales, pero últimamente es preocupante las infracciones que cobran y omiten en general los cuatro hombres encargados de dirigir el partido (se incluye al cuarto arbitro). Manos que no existen, otras que si y no las ven, patadas en el área imprudentes que las ven todos menos ellos, y la lista es larga. Después, cuando en el informe de AFA aparecen los nombres de los árbitros que no van a dirigir por mala actuación, en la fecha siguiente vuelven y cometen el mismo error, ¿Por qué ocurre esto de nuevo? ¿Nadie les dice nada? Y vuelve a ocurrir siempre lo mismo, es repetitivo y cíclico el problema.

En fin, este asunto parece que siempre queda en la nebulosa, porque ni aunque se perjudique a un equipo de los llamados “grandes”, la situación no cambia. Ahora ya no hay diferencias a la hora de favorecer y perjudicar a algún equipo (irónicamente se puede decir que no hay favoritismo ahora), pero es preocupante que el nivel cada vez decaiga más. A propósito es impensable que todos los árbitros se pongan de acuerdo para actuar de esta manera, pero, ¿Qué andará ocurriendo con ellos fuera de la cancha? ¿Se tocará este tema en la AFA y escuela de árbitros?

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